Imagina la vida como un gran río que fluye constantemente. En este río, todo está en movimiento, desde las estaciones del año hasta nuestros propios pensamientos y emociones. Los ciclos energéticos son como los remolinos y las corrientes de este río: patrones repetitivos de energía que influyen en todo lo que existe.
Estos ciclos energéticos se mueven diferente al año calendario. El cambio del año calendario se celebra el 31 de diciembre de cada año. Su influencia energética se da más por las celebraciones sociales colectivas; en cambio, el cambio de año energético se da a partir de 21 de enero, donde, celebramos EL GRAN DESPERTAR.
Cada cambio de ciclo energético, está influenciado por uno de los elementos de la Madre tierra: AIRE, TIERRA, FUEGO Y AGUA. Cada uno aporta características muy particulares y únicas a esa etapa del ciclo y por ende, a nuestra vida.
Como entidades energéticas, a los seres humanos también nos influencian estos elementos regentes de manera individual. Nuestra alma, establece por acuerdo cual es el elemento que nos regirá para esa vida humana.